Itinerario - Australia: de Sídney a Brisbane

Los vuelos ida/vuelta a Australia no están incluidos en la tarifa del viaje, de este modo podrás decidir desde dónde salir, a qué hora y con qué compañía aérea prefieres volar. ¡Lo hacemos así para darte la máxima libertad de elección!

Encuentro y check-in en el hotel de Sídney, quizá la ciudad más icónica de Australia. ¿Qué mejor lugar para empezar a conocernos?

¿Os habéis recuperado del jet lag? Después de un buen desayuno en el hotel, salimos a descubrir los lugares más emblemáticos de esta maravillosa mezcla de culturas que es Sídney. Desde la joya arquitectónica de la Ópera, hasta el mundialmente famoso Harbour Bridge, donde incluso podríamos llegar a subir si nos sentimos especialmente aventureros: 360 grados de vistas a la ciudad que son una pasada.

Seguiremos por la zona comercial de la ciudad, el CBD (¡no, este no se fuma!), y quizás vayamos a cenar a Chinatown. Será como haber llegado directamente a Asia.

Después de cenar, si no estamos demasiado cansados, exploramos la vida nocturna de la ciudad; mañana tendremos tiempo para relajarnos (o no...).

¡Buenos días, Australia! Vamos a pasar otro día en Sídney explorando un lado diferente de la ciudad, el de las playas de arena blanca y su preciosa naturaleza. Podemos hacerlo relajándonos en Manly Beach o Bondi Beach y así disfrutar de un poco de sol y mar en estado puro. Observamos cómo los más deportistas se ponen a prueba haciendo surf, voley playa e incluso snorkeling. O... mucho mejor: en vez de mirar, podemos pasar a la acción nosotros mismos. ¡Lo que está claro es que aquí no nos vamos a aburrir!

Si no hemos tenido suficiente y queremos seguir viendo playas, la costa también ofrece varios paseos por los acantilados, una forma estupenda de alejarse del ajetreo de la ciudad y ¡quizá avistar alguna ballena jorobada!

Terminamos el día con una impresionante puesta de sol. ¡Mañana será un nuevo día!

El primer parque nacional del itinerario es uno de los siete lugares declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco, ¡y pronto descubriremos por qué!

Está situado a tan solo dos horas de Sídney, y debe su nombre a que la zona está cubierta de bosques de eucaliptos, unos árboles que liberan en el aire un aceite especial creando una neblina gris azulada al entrar en contacto con el vapor de agua y la luz solar.

En el parque hay muchos miradores desde los que se puede observar esta maravilla. Uno de los más famosos es el de las "Tres Hermanas". Hoy nos adentraremos en este misterioso y precioso parque, desde los puntos panorámicos más famosos hasta los senderos menos conocidos. Luego regresaremos a Sídney para decidir todos juntos cómo queremos pasar nuestra última noche en esta maravillosa ciudad.

Ha llegado el momento de dejar atrás el ajetreo de Sídney. Después de desayunar, recogemos los coches ¡y le damos gas a nuestro road trip!

La primera parada será la tranquila zona de Hunter Valley, una pintoresca región vinícola situada en las colinas rurales de Nueva Gales del Sur.

Por el camino, es posible que nos detengamos en un santuario de animales salvajes donde un guarda nos enseñará cómo cuidan a los koalas. Al ser un animal protegido, cada vez es más difícil verlos en libertad, pero es posible hacerlo en algunos centros creados específicamente para vigilarlos y cuidarlos adecuadamente para salvaguardar la especie. Además, puede que también nos encontremos con el animal emblemático de Australia: el canguro (aunque también veremos bastantes en la carretera, y enseguida aprenderemos a conducir con ellos por en medio).

Más tarde, llegaremos a nuestro destino para descubrir el motivo que da fama a Hunter Valley: vinos, quesos y chocolate. ¿Esto qué es? ¿El paraíso?

Después, seguiremos nuestro viaje hasta Newcastle, donde pasaremos la noche inmersos en un animado ambiente artístico de moda.

Hoy nos levantamos temprano y, tras un buen desayuno, nos subimos nuestros coches en dirección al lago Wallis. El camino nos llevará por una carretera panorámica que serpentea entre épicas vistas a la costa, playas increíbles y paisajes lacustres.

De hecho, estamos en la región de los Grandes Lagos, y con una superficie de 99 kilómetros cuadrados, este lago es muy famoso no solo por sus aguas turquesas, sino también por sus arenas blancas, la pesca y... ¡las ostras!

Finalmente, seguiremos hacia el norte hasta Port Macquarie, donde pasaremos la noche.

El sol sale un día más y ya estamos a mitad de camino. Antes de pasar al mar y a los pueblecitos surferos de la costa, disfrutamos de la maravillosa naturaleza virgen que nos ofrece el parque nacional de Dorrigo.

Hoy toca ponerse las botas de montaña y echar los impermeables en la mochila porque vamos a pasar el día en medio de lo que en Australia llaman "rainforest" (la selva tropical, vamos); pero no se trata de una selva cualquiera: es un bosque con varios millones de años, ¡será como estar en Jurassic Park!

Como telón de fondo: cascadas impresionantes en las que incluso podremos darnos un chapuzón, trekkings en medio de una naturaleza nunca vista, preciosos miradores y una flora y fauna asombrosas.

Esta vez acabamos el día al más puro estilo australiano. ¿Qué os parece?

Nos tomamos una pausa en un pub local, tomamos una cerveza todos juntos y probamos algunas especialidades culinarias (spoiler: no hay muchas que digamos). ¿Probamos uno de sus pasteles de carne?

Tras unas horas de viaje llegamos a nuestra última parada antes de cambiar de estado: de Nueva Gales del Sur a Queensland. ¿Sabes dónde? Estamos en Byron Bay, uno de los destinos más emblemáticos y populares de la costa este de Australia.

Byron Bay es conocida por su ambiente relajado, su cultura surfista y su clásico estilo de vida australiano. ¿Pensabais venir a Australia y no subiros a una tabla? Hoy nos quitamos el miedo a los tiburones y nos enfrentamos a las temidas olas. Que no cunda el pánico: como ya nos explicarán, en el agua hay redes para mantener alejadas a ciertas criaturas marinas. Además, las olas estarán al alcance de todos, así que aunque sea nuestra primera vez, seguro que conseguimos salir ilesos... o al menos, eso esperamos.

Van a ser dos días intensos, hay mucho que hacer ¡y no queremos perdernos ni una puesta de sol!

Buenos días WeRoaders... O como dirían aquí en Australia, ¡G'Day mates!

Hoy nos despertamos tranquilamente y decidimos si queremos estar una mañana más en nuestra querida Byron Bay o dirigirnos a nuestra siguiente parada, la animada Costa Dorada.

Pasamos a Queensland, y el paisaje vuelve a cambiar: en la Costa Dorada, más concretamente en Surfer Paradise, estaremos rodeados de enormes rascacielos que parecen surgir directamente de las playas doradas.

Aquí también pasaremos dos noches ¡y seguro que no nos aburriremos! Algunos incluso describen la ciudad como Florida, California y Las Vegas, todo en uno. Hay casinos, playas y surf, parques temáticos, pero también naturaleza en el interior y mucha vida nocturna... ¡Seremos nosotros quienes decidiremos cómo pasar estos días!

Después de más de 900 kilómetros por carretera, por fin llegamos a nuestro destino final: Brisbane. Estamos un poco tristes porque esto significa que nuestro viaje llega a su fin, ¡pero vamos a disfrutar a tope de estos últimos días!

La capital del estado de Queensland es una de las ciudades más soleadas de Australia: con sus 300 días de sol, no queremos que lleguen los 65 días de mal tiempo, ¿verdad?

Tenemos el día para pasarlo en los bares de moda, en sus parques verdes o dando un paseo por el río... ¡Incluso tenemos una piscina pública gratuita con una playa de mentira en pleno centro de la ciudad!

¿Qué tal si terminamos el día con una cena a base de marisco en una terraza con vistas a la ciudad de Brisbane iluminada?

No muy lejos de Brisbane se encuentra Moreton Island, una isla formada exclusivamente por arena (blanca, por supuesto), donde el 95% del territorio es parque nacional. Una auténtica joya australiana... ¿Qué mejor final para nuestro viaje?

Además de aguas turquesas, delfines y dunas de arena dorada, la isla alberga un auténtico cementerio de barcos. Un conjunto de restos de embarcaciones que crean una especie de paraíso para los submarinistas.

Haremos una excursión de un día para descubrir todo esto y mucho más, y terminaremos el día en Brisbane con nuestra última cena juntos.

Por desgracia, será nuestro último momento juntos para rememorar estos días en la otra punta del mundo: será duro decir adiós a Australia, ¡por eso, ya estamos brindando por el próximo viaje!

Es el momento de las despedidas: bye bye Brisbane. ¡Hasta la próxima, Australia! Ha sido un placer… ¡Nos vemos en el próximo WeRoad!