Marruecos solo está separado de la Europa continental por el estrecho de Gibraltar, de 13 km de ancho, pero es un país que, de alguna manera, parece mucho más lejano. Su cultura ancestral, su bella arquitectura y sus paisajes salvajes y variados le confieren un sentido místico, y al pasear por sus zocos y medinas es fácil sentir que se ha retrocedido en el tiempo. Se podría pasar toda una vida descubriendo sus secretos, pero con la calidez de la gente y la historia que aguarda a la vuelta de cada esquina se puede tener una idea real de este increíble país en sólo unos días.

Y eso es exactamente lo que haremos en este viaje de cinco días al norte de Marruecos. Nuestra aventura comienza en la antigua ciudad de Fez, tal vez la más bella de todo el mundo árabe y aún firmemente anclada en sus raíces medievales. Exploraremos el laberinto de callejuelas que conforman su medina, la zona urbana sin coches más grande del mundo, y nos sumergiremos en un mundo que apenas ha cambiado desde hace siglos. Esperamos que vengáis con hambre, ya que entraremos aún más en la cultura local con un recorrido a pie durante el cual tendremos la oportunidad de probar algunas de las especialidades locales. A continuación, la joya de la corona marroquí, la ciudad azul de Chefchaouen, un fotogénico pueblo de montaña que cautiva a todos los que lo visitan. En nuestro último día completo dejaremos atrás las rutas más turísticas y descubriremos las Cuevas de Hércules, antes de viajar a la cosmopolita Tánger, con sus emblemáticos cafés y vistas al mar, donde terminaremos nuestro viaje.