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Viajes en grupo en barco y velero

Descubre cómo funcionan nuestros viajes en grupo en barco y veleros

¿Por qué hacer un viaje en barco o velero?

Hacer un viaje en grupo en barco es una aventura que no es para todos, pero que sí que deberíamos probar. Participar en un viaje en velero significa compartir, durante aproximadamente una semana, una auténtica casa flotante con desconocidos, que pronto se convertirán en nuestros amigos. 

Una casa con un espacio personal muy limitado, pero que nos permite llegar a lugares que de otro modo serían inaccesibles. Unas vacaciones en velero son sobre todo para compartir: el espacio, las tareas, pero también la aventura y las emociones, que, te aseguramos, son muy diferentes a las que se sienten en cualquier otro viaje.

Un viaje en grupo en barco y velero: ¿qué esperar?

Una barca de entre 12 y 15 metros que puede alejar entre 9 y 12 personas - ¡capitán incluido!

De 3 a 5 cabinas dobles con camas matrimoniales o, en algunos casos, literas, y 2 o 3 baños

Cubierta inferior con comedor completo con cocina, nevera y fogones, además de mesa y sofá

Espacio en cubierta con bancos y una gran mesa para disfrutar del mar en compañía

Una casa flotante

Nuestro barco será nuestro hogar durante la travesía: los camarotes son dobles, con literas o camas de matrimonio; cada barco tiene dos o tres baños, una cocina completa con fogones, horno y nevera. La tarea de todo buen navegante es mantener todos los espacios limpios y ordenados: ¡a nadie le gusta navegar en desorden!

Una casa con agua potable y electricidad, por supuesto, pero limitada: evidentemente, tendremos que adaptarnos e intentar consumir lo menos posible - ¡será más fácil de lo que parece, créenos!

Un patrón como amigo

Además del coordinador, nos acompañará un patrón, un apasionado por el mar y la navegación que cuenta con una gran experiencia en navegación y que será nuestro capitán - nos dará un briefing al inicio del viaje y será nuestro punto de referencia.

Por supuesto, además de capitán, también será un compañero de viaje por derecho propio; es una buena idea invitarle a unirse al grupo cuando cenemos en tierra. Pero todo saldrá de forma natural, ¡no te preocupes!

Esperemos buen tiempo...

La regla de oro de todo marinero: una vez a bordo, el mar y el viento reinan, ¡ellos hacen las reglas!

En general, la lluvia no es sinónimo de mala navegación, siempre que se lleve el equipo adecuado. Es imprescindible llevar un chubasquero y pantalones y zapatos impermeables. Ah, y el sol tampoco es una broma: la mayor parte del tiempo nos acariciarán sus rayos, lo que significa que el sombrero y la crema solar son obligatorios.

¡De momento no hay salidas en barco a la vista!

Pero, no panic! Tenemos muchos otros destinos igual de trepidantes.