Nos encontramos en nuestro primer alojamiento en Turín: desde aquí arranca nuestra aventura por el norte de Italia. Llegamos, dejamos las mochilas y salimos a respirar el aire elegante de la que fue la primera capital del país. Empezamos paseando por Piazza Castello y recorremos los soportales de Via Po hasta llegar a Piazza Vittorio Veneto, una de las plazas más grandes de Europa con vistas al río Po y al Monte de los Capuchinos. Más tarde, brindamos con un buen vermú turinés y para cenar, nos esperan los sabores intensos del Piamonte como el vitello tonnato y, cómo no, un buen postre con gianduja. ¿Y después? La noche turinesa nos sorprende con su ambiente vibrante… ¡y esto es solo el comienzo!

Comenzaremos con una excursión a la Basílica de Superga, en lo alto de la colina, desde donde disfrutamos de una panorámica espectacular de la ciudad y los Alpes al fondo. Luego bajamos hasta el Monte de los Capuchinos, otro mirador privilegiado sobre el río Po. Desde allí, comenzamos un paseo clásico por Via Po, una de las arterias más elegantes de Turín, hasta llegar al corazón monumental: Piazza Castello. Visitamos la imponente Catedral de San Juan Bautista, el majestuoso Palazzo Reale y otros edificios históricos como el Palazzo Madama. Por la tarde, podemos optar por visitar el Museo Egipcio, uno de los más importantes del mundo en su género, subir a la Mole Antonelliana y visitar el Museo Nacional del Cine o relajarnos en el Parque del Valentino junto al río. Al atardecer, un buen aperitivo en el Quadrilatero Romano será el broche perfecto para otro día inolvidable.

El tercer día nos despedimos de Turín para poner rumbo a la vibrante Milán. Por la mañana tomamos el tren y, en poco más de una hora, llegamos al corazón de la capital lombarda. Empezamos fuerte: visitamos el interior del majestuoso Duomo, una de las catedrales góticas más impresionantes del mundo. Tras contemplar sus vidrieras y columnas infinitas, cruzamos directamente a la elegante Galleria Vittorio Emanuele II, el salón de Milán, con sus tiendas históricas y su impresionante cúpula de cristal. Continuamos la ruta hasta el Castello Sforzesco, antigua residencia ducal, y nos relajamos paseando por el verde y extenso Parco Sempione, justo detrás del castillo. Al caer la tarde, nos dirigimos a los encantadores canales de los Navigli, donde disfrutamos de una cena con aperitivo al más puro estilo milanés, entre luces reflejadas en el agua y terrazas llenas de vida.

Dejamos atrás el ritmo urbano para sumergirnos en la calma del Lago de Como. Por la mañana tomamos el tren desde Milán y, en menos de una hora, llegamos a Como, donde paseamos por su encantador centro histórico, visitamos el elegante Duomo y recorremos el paseo junto al lago. Después, embarcamos en un ferry que nos lleva a través de paisajes espectaculares hasta Bellagio, uno de los pueblos más bonitos del lago. Allí exploramos sus callejuelas empedradas, admiramos las vistas desde la orilla y, si hay tiempo, visitamos los Jardines de Villa Melzi. Aprovechamos para comer con tranquilidad y disfrutar del ambiente relajado.

Regresamos en ferry a Como y tomamos el tren de vuelta a Milán, donde llegamos al anochecer tras un día lleno de naturaleza, elegancia y postales de ensueño. En Milán, haremos la cena de despedida y disfrutaremos de los planes que nos ofrece la noche milanesa.

En nuestro último día en Milán, aprovechamos para pasear sin prisas por sus calles más emblemáticas, disfrutando del ambiente elegante y cosmopolita de la ciudad. Es el momento perfecto para hacer las últimas compras: desde boutiques de diseño en el Quadrilatero della Moda hasta tiendas locales con recuerdos auténticos. También podemos relajarnos en una terraza con un último café italiano, recorrer los alrededores del Duomo o incluso visitar alguna exposición si el tiempo lo permite. Con las maletas llenas de experiencias y quizá algún capricho. Nos despedimos de esta aventura por el norte de Italia con la sensación de haber vivido algo único.