Itinerario - Japón Collection

Los vuelos ida/vuelta a España no están incluidos en el precio del viaje, así podrás decidir desde dónde salir, a que hora y con qué compañía aérea prefieres... ¡Lo hacemos así para darte la máxima libertad de elección! 

Check-in en el hotel en Tokio y reunión de bienvenida. Esta primera tarde nos tomamos las cosas con calma, al fin y al cabo tenemos que recuperarnos de las muchas horas de vuelo. Después decidimos dónde cenar por primera vez y, por supuesto, ¡encontramos el sitio más típico!

Salimos temprano porque, ¡empieza nuestra aventura! El viaje comienza con una inmersión en la cultura y la historia de Japón. La primera parada del viaje es Kamakura, ciudad imperial y una de las primeras capitales de este país. Los signos de este pasado son aún muy evidentes en los templos perfectamente conservados y en los imponentes palacios. Será interesante conocer la historia del Gran Buda, una majestuosa estatua que ha resistido al paso de un enorme tsunami que destruyó el templo que tenía alrededor. Es también una de las pocas estatuas de Buda que podemos visitar en la ciudad.

Esta noche relajamos el cuerpo y liberamos la mente. Al atardecer regresamos a Tokio para sumergirnos en el verde y la paz del Parque Ueno. Se trata de uno de los parques urbanos más importantes de la ciudad debido a los numerosos pequeños templos que alberga en su interior. El más famoso de todos es el Gojo Tenjinsha, un templo sintoísta al que se llega atravesando un pequeño camino hecho con hermosos toros rojos. Pero no olvide que la cultura de un país también se aprecia en su comida. Para cenar, nos perderemos por las coloridas calles del mercado de Ameyoko, que sale directamente del parque. ¿Qué nos abrirá el apetito? Sugerimos uno de los muchos izakaya, la versión japonesa de nuestros pubs, donde podemos beber cerveza local y comer un poco de todo, entre pinchos y degustaciones varias.

Hoy volvemos a salir temprano... ¡destino Kioto! Viajaremos a bordo de los famosos "trenes bala" de la red ferroviaria japonesa, que alcanzan velocidades de más de 400 km/h. ¿Serán más puntuales que los nuestros? Nos ponemos cómodos y disfrutamos del paisaje que pasa volando por las ventanillas, cruzando los dedos para que el tiempo acompañe: pasaremos muy cerca del monte Fuji... ¡esperamos ver su cumbre siempre nevada!

A primera hora de la tarde llegamos a Kioto: objetivamente, la ciudad más bella de Japón. Perderse por las callejuelas del centro es parte de la magia, sobre todo en la zona de Kawaramachi, famosa por las numerosas tiendas y restaurantes que la pueblan. Imprescindible pasear entre los puestos del Mercado Nishiki, donde podremos degustar las delicias de la cocina japonesa, desde pescado fresco para comer de pie, hasta dulces, variedades especiales de té y productos de arroz y soja. Con la llegada de la tarde, nos trasladamos al barrio de Gion: en las callejuelas de esta zona es posible ver a las geishas paseando, pero sólo a la hora del atardecer... ¿podremos hacer algunas fotos?

Esta ciudad es la que mejor representa a Japón y la que más refleja su imaginario de geishas, templos y buena comida. Podemos dejarnos fascinar por nada menos que 17 lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y más de 700 templos sintoístas... ¡pero no te preocupes, sólo visitaremos unos pocos! No hay que perderse: el santuario de Fushimi Inari, donde podremos pasear entre toros rojos en una arboleda, y el templo de Kiyomizu-dera, uno de los más emblemáticos de todo el país, donde podremos jugar a "juegos" y beber agua de lo que parece ser un manantial sagrado... ¿curará todos nuestros males?

Después de comer visitaremos Kinkaku-ji (Templo Dorado), uno de los símbolos más importantes de Kioto. De hecho, este templo está recubierto de una enorme lámina de oro que, gracias a la luz del sol, crea un reflejo especial en el estanque. El oro es para los japoneses un símbolo de purificación de cualquier tipo de contaminación o pensamiento negativo. Tras visitar los alrededores de Kioto, llega por fin el momento de sumergirnos en la cultura japonesa. Nos ponemos el kimono, ocupamos nuestro lugar en el tatami y por fin comienza la tradicional ceremonia del té. Un maestro del té nos enseñará todos los secretos para elaborar el matcha perfecto y luego pondremos las manos en la masa ¡probándolo nosotros mismos!

Pasaremos la mañana en Arashiyama, distrito famoso por su bosque de bambú, escenario de la famosísima película "El Tigre y el Dragón". El puente Togetsukyo nos introduce en este lugar encantado, formado por numerosos templos, entre ellos el de Tenryuji, uno de los cinco grandes templos zen de Kioto. El mejor momento para venir aquí es sin duda a primera hora de la mañana, porque la paz a esta hora es inigualable. ¿Podremos ver a los monjes deambulando entre los altos bambúes?

Kioto es la cuna no sólo de la cultura, sino también de la artesanía japonesa y del "buen vivir". Cada uno tiene la libertad de elegir cómo pasar la tarde: de compras, relajándose en un onsen (las típicas termas japonesas) o en los templos... ¡Ya nos pondremos al día en la cena! No hace falta especificar qué opción preferimos nosotros... obviamente, ¡los templos!

Tras tres horas en el 'tren bala' llegaremos al puerto de Miyajimaguchi. Nada más llegar, tomaremos un cómodo ferry que en 10 minutos nos llevará a la espiritual 'isla de los santuarios', famosa por sus gigantescos toros sobre el agua. Aquí disfrutaremos de la paz de esta isla, de su parque Momijidani y de su templo budista Daisho-in. Tras esta ajetreada mañana, nos daremos un festín de ostras y luego degustaremos el dulce típico de la zona, elaborado con alubias rojas, miel, huevos, azúcar y harina de trigo.

6 de agosto de 1945: la ciudad de Hiroshima es destruida por la primera bomba nuclear lanzada por el hombre. Lo que queda de la ciudad es prácticamente sólo un edificio, parte del Memorial Park, que visitaremos por la tarde: una experiencia que toca el alma hasta la médula. Tendremos la oportunidad de ir acompañados por veteranos o familiares de veteranos que se ofrecen voluntarios para contar esta oscura página de la historia: seguramente la mejor manera de descubrir el pasado de esta ciudad. Tras un día ajetreado, llega el momento de disfrutar todos juntos de una cena típica japonesa.

Por la mañana viajaremos a Himeji, ciudad famosa por su imponente castillo. Construido hace más de cuatrocientos años y afortunadamente ileso durante los bombardeos de la II Guerra Mundial, tiene unos característicos tejados en forma de pagoda y se eleva orgulloso hacia el cielo. Incluso hoy en día, ¡será como estar dentro de una película!

Tercera ciudad más poblada de Japón, ¿será cierto lo que dicen de Osaka: que es la ciudad más divertida y con menos frenos sociales de Japón? La mejor forma de averiguarlo es recorrerla entera y vivirla al máximo. Además de divertida, esta ciudad es famosa en todo el país por ser la cuna de la cocina japonesa. Entre los muchos platos que puedes probar está el okonomiyaki, una tortita muy especial... ¡y no te la puedes perder! Dispongamos entonces de los manjares visitando el Castillo de Osaka (Osaka-Jo), construido por cien mil hombres, y su casco histórico.

Nara es la primera capital histórica de Japón, una ciudad relativamente pequeña que conseguimos visitar en un día. En el interior del Nara-koen viven en libertad más de 1.200 ciervos, considerados mensajeros de los dioses y por ello protegidos como Patrimonio Nacional. Además del parque, podemos visitar el Daibatsu-den, el edificio de madera más grande del mundo, en cuyo interior se encuentra el Gran Buda de más de 17 metros. Pero la lista de puntos de interés es mucho más larga: el Templo Kofukuji, la Casa del Tesoro Nacional, el Gran Santuario Kasuga, el famoso santuario sintoísta de Japón, el Templo Horyuji, el más antiguo del país, y el Templo Todaiji, que alberga el monumento más famoso de la ciudad: el Gran Buda de Nara. Una semana no bastaría para visitarlos todos, así que ¡la elección es nuestra!

Salimos temprano en el tren bala y en menos de tres horas llegamos a Tokio. Estamos en una megalópolis con mil caras, cada distrito tiene su propia identidad e intentamos ver lo máximo posible. Empezamos en Asukasa, el corazón del antiguo Tokio: aquí podemos sumergirnos en la cultura histórica de la ciudad. Empezamos por el templo Senso-ji, con su pagoda de cinco pisos, y luego por los coloridos puestos y pequeñas tiendas de artesanía. Como guinda del pastel, pedimos un deseo con un omikuji, el billete de la fortuna japonés.

Después de comer, nos trasladamos a la zona de Ueno. Se trata del barrio "popular" de Tokio, un enorme parque que alberga museos, templos, santuarios y un zoológico. Durante los meses de floración, un toque extra de encanto lo aportan las numerosas personas que se reúnen para comer y beber bajo los cerezos. Entre otras cosas, si nos apetece, también podemos dar un tranquilo paseo en barca de remos y disfrutar del paisaje. Tras un paseo por el barrio de Yanaka, que ha permanecido intacto por ser una de las pocas zonas que no sufrió bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, regresamos a Shinjuku para cenar y quizás unirnos a algunos "locales" para pasarlo bien en uno de los muchos bares de la zona.

Estamos en el distrito de la moda callejera de Tokio. Aquí es donde nacen las tendencias y modas más alocadas, como la Gothic Lolita y el Ganguro. ¿Nos atreveremos a probar un look totalmente nuevo? Sin duda, estamos en el lugar adecuado para hacerlo. A continuación, nos disponemos a admirar el Parque Yoyogi; el Meiji-Jingu, un templo sintoísta dedicado al Emperador; y Takeshita-dori, una calle repleta de tiendas, ¡el lugar perfecto para los adictos a las compras! Después de comer nos trasladamos a la zona de Shibuya, un animado distrito lleno de gente, en el verdadero sentido de la palabra. No es casualidad que la intersección más famosa del mundo, con el paso de peatones más transitado, se encuentre aquí.

Parece imposible, pero estamos justo al final de este increíble viaje de descubrimiento por Japón. ¿Qué mejor final que una cena todos juntos? Pero la cosa no acaba aquí: aún falta una actividad en la lista, y no podemos irnos de Japón sin haberla hecho al menos una vez. Hablamos, por supuesto, del karaoke: calentemos nuestras voces, ¡cantemos!

Desgraciadamente, ha llegado el momento de volver a casa: sin duda somos más ricos de corazón y de espíritu, ¡nos vemos en el próxima WeRoad!